EL SEXÓLOGO 3
Orgasmo y eyaculación
"Es exquisito. Uno siente que la energía, en lugar de ser descargada en una eyaculación, va involucrando ya no sólo los genitales, sino el cuerpo entero. El cosquilleo viaja por las nalgas, se producen pequeños temblores en la columna y en el pecho se genera una sensación muy intensa, una profunda exhalación. Dura más que lo clásico, el pene no pierde la erección y a los cinco minutos es posible tener otro orgasmo tan placentero como el primero".
A Héctor no le fue fácil conseguir lo que algunos textos llaman "inyaculación" u "orgasmos internos", una milenaria técnica oriental que rompe con una extendida creencia: que, a nivel fisiológico, el clímax está necesariamente vinculado a la explosión seminal.
"A veces orgasmo y eyaculación coinciden, pero no son lo mismo", comenta la psicóloga Ximena Santa Cruz (por supuesto no es la nuestra que va diciendo cada una que vale un credo) quien dicta normas sobre la antiquísima técnica que algunos identifican como Kung Fu sexual, disciplina emparentada con el Tao y otras corrientes provenientes de la India, como el Tantra o el Yoga.
El orgasmo sin eyaculación es la clave para dar con el mítico orgasmo múltiple masculino. "Este orgasmo es mucho más intenso, más placentero, más pleno que el tradicional, con la ventaja que puedo tener más de uno en poco tiempo", relata otro profesionaql de este sistema. "Uno siente distintos espasmos, una reacción muscular en distintas partes del cuerpo y no es tan instantáneo como una eyaculación. He llegado a sentir escalofríos y hasta cómo se me erizan los pelos de la cabeza durante diez minutos".
Al igual que Santa Cruz, el especialista Giorgio Agostini explica que la sexualidad tántrica o taoísta enseña a controlar los impulsos eyaculatorios con ejercicios respiratorios y musculares. "Los orientales nos llevan mucha ventaja en eso, que además va muy vinculado con la erotización", dice, no sólo porque expanden lo genital a lo corporal, sino porque conseguir una erección después de eyacular no les toma veinte minutos o más. "La gran diferencia es que con esta otra modalidad es posible que un hombre alcance un orgasmo tras otro", agrega.
En este terreno, las mujeres mantienen una ventaja: cuando de orgasmos múltiples se trata, la frecuencia entre uno y otro es mucho menor "dos minutos o incluso menos", señalan los especialistas-, lo que conduce además a un mayor número de episodios en la cima del placer.
Sexo genital, sexo corporal
Ximena Santa Cruz apunta que en materia de orgasmo masculino, tanto en el hombre como en la mujer está culturalmente muy arraigada la idea de asociar obligatoriamente la eyaculación al orgasmo. Y esa es una confusión que lleva, por ejemplo, a que ellas piensen que si no ha habido descarga seminal su pareja no ha disfrutado lo suficiente. "Es un error que, casi como prueba de virilidad, ambos se planteen la eyaculación como objetivo", explica.
En términos anatómicos, la clave está en el trabajo respiratorio y en el fortalecimiento del músculo pubocoxígeo situado entre el ano y los testículos-, que permite controlar los impulsos eyaculatorios, o sea, el punto de no retorno. "Sin ambos ejercicios es muy difícil conseguir un orgasmo sin eyaculación", asegura Santa Cruz.
Además es necesario dar un giro conceptual. Los hombres tienden a focalizar la sensación de placer a nivel muy genital. Pueden tener orgasmos y descargas de semen con la facilidad que se masturban. En cambio las mujeres suelen localizar las experiencias de placer a un nivel más global y emotivo.
Los especialistas coinciden que para lograr las distintas mesetas de placer se requiere el trabajo de los dos. "Cuando hay eyaculación rápida, orgasmo peniano, a veces no te das ni cuenta qué pasó. Con las mujeres puede pasar lo mismo cuando el orgasmo sólo es clitoriano. En ambos casos se trata de descargas chicas, agradables e intensas, pero menos plenas que las que se pueden conseguir involucrando no sólo todo el cuerpo, sino también a la pareja".
Héctor supo de las dos realidades y cuenta su conclusión. "Una vez que se aprende la técnica, a uno no le dan ganas de tener orgasmos con eyaculación, pues queda más cansado, agotado, y hay que esperar mucho más rato para repetir. Sí, (el Kung Fu sexual) es mejor. Pero no diría que insuperable, que es la panacea ni mucho menos", resume. Tal vez, porque un buen orgasmo con descarga, más si sobreviene simultáneamente con el de la mujer, sigue siendo una real delicia saboreada de a dos.
Y a ver si algunos de ustedes es capaz de negar que esto es un axioma.