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Una tragedia Marítima olvidada (5 Fin)

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UNA TRAGEDIA MARITIMA OLVIDADA – IV – fin

 

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Los supervivientes declararon que se sintieron dos explosiones casi simultáneas, las que corresponden a dos torpedos, según la versión inglesa. Luego, también muy próxima, una tercera mucho más fuerte, que provocó la muerte de un centenar de pasajeros, y que sin duda fue la explosión del cargamento de explosivos que el barco llevaba; ya que el torpedo impactó justamente en ese compartimento.

Pero hoy se sabe cual era la carga de torpedos del submarino de Schwieger. El U-20 de la Kaiserluche, del tipo Germania y con 63 metros de eslora fue botado el 7 de noviembre de 1.911 en Danzing. Poseía un desplazamiento de 840 toneladas plena carga y era capaz de sumergirse a 100 metros. Contaba un cañón de 40 pulgadas en cubierta y cuatro tubos lanzatorpedos ubicados dos a dos en popa y proa, como armamento. Se le equipaba con seis torpedos tipo G en cada patrulla; una vez agotados, debía regresar. Tuvo dos comandantes: el primero fue Otto Dröscher y el segundo, Walther Schwieger. Posee la triste marca de hundir al Lusitania el 7 de mayo de 1.915. El ranking del U-20 fue de tan solo siete patrullas con 36 naves enemigas hundidas con un registro total de 144.300 toneladas.

Encalló en las costas de Dinamarca el 4 de noviembre de 1.916 y, para evitar que fuera tomado intacto por el enemigo, el capitán Schwieger hizo estallar un torpedo en los tubos de proa y abandonó el submarino. Este navío fue rescatado años más tarde y hoy se preserva en un museo naval danés.

Durante esa patrulla el U-20 hunde a fuego de cañón al "Earl of Lathom", al "Centurión" con dos torpedos, al "Candidate" con dos torpedos y al destructor Juno le dispara un torpedo fallando el blanco, le queda por lo tanto un torpedo que es el que le decide a aplazar el regreso hasta el día siguiente que avista al Lusitania.

La segunda explosión interna que oyeron los pasajeros solo pudo ser debida a una de las cajas de cartuchos de fusilería seguida de la gigantesca tercera explosión por simpatía del resto de la carga bombas, granadas y cartuchos que determinó que el casco se desfondara y que los compartimentos estancos no resistieran a la presión. La proa desapareció bajo el mar, al tiempo que el barco comenzaba a inclinarse hacia estribor.

Cuando la proa chocó con el fondo, a 96 metros de profundidad (recuerde el lector que la eslora del buque era de 241 metros), la popa quedó un rato al aire, con sus enormes hélices apuntando hacia el cielo. Luego, el inmenso casco del trasatlántico se deslizó, arrojando humo y burbujas, hacia el fondo del mar. No dio tiempo a que se distribuyeran debidamente los chalecos salvavidas.

Los buzos que examinaron el pecio informaron de que uno de los costados y la parte inferior del casco habían sido destruidos por una explosión producida en el interior de la nave. Esta explosión debió haber sido mucho más poderosa que la causada por un torpedo de tipo G. que de ninguna manera hubiera podido dañar seriamente al Lusitania de no llevar, precisamente en esa bodega, tal ingente cantidad de explosivos.

El vicealmirante Crookes ordenó que se movilizaran todo tipo de embarcaciones hacia el lugar del naufragio, que no pudieron llegar antes de 2 horas.

Se ha catalogado a Schwieger como criminal de guerra en el tema del hundimiento del Lusitania. Sin embargo, las evidencias objetivas de los sucesos indican que Schwieger sólo cumplió las estrictas instrucciones del mando naval alemán por lo cual recibió de manos del Káiser la Cruz de Hierro, máxima condecoración alemana.

El capitán Turner sabía la peligrosa carga que transportaba, pero ningún capitán mercante de nación alguna en tiempo de guerra, cuando toda la oficialidad mercante queda asimilada a la Marina de Guerra, se le ocurriría negarse a mandar un buque de cualquier clase, pues sabe que se expone a un Juicio Sumarísimo que, además de degradarlo previamente, lo llevará ante un pelotón de ejecución.

Así pues, resumiendo:

1º-.Ya que el 30 de abril se había publicado en los diarios americanos del riesgo de navegar por aguas consideradas territorios de guerra, en donde el gobierno alemán que no estaba en lo absoluto interesado en que hubiesen bajas neutrales había declarado abiertamente las zonas de exclusión.

2º-.Con este aviso público y conocido por los mismos pasajeros de Lusitania, se desentendía de la responsabilidad por este asunto, estando ya advertidas las partes.

3º.-Este aviso coincidía con el zarpe del Lusitania, Schwieger ignoraba que el Lusitania se le cruzaría en su ruta, el Almirantazgo inglés al mando del Primer Lord Winston Churchill no lo ignoraba, sabía de la existencia de la actividad de este submarino en particular y de la ruta seguida por el barco de pasajeros con su cuantiosa carga de explosivos.

4.º-El Lusitania fue pobremente informado de la actividad submarina en las costas irlandesas y los mensajes finales fueron muy controvertidos por alterar las instrucciones dadas por el mismo Almirantazgo. Lo objetivo es que Schwieger solo cumplió con su deber para con su país al atacar en aguas no-neutrales a un navío evidentemente enemigo.

5º.-El Lusitania no estaba pintado ni como barco hospital ni enarbolaba una bandera o símbolo de país neutral, el Lusitania al navegar por esas aguas lo hacía aparecer como mercante enemigo o buque corsario armado, método muy utilizado por la marina inglesa..

6º.- El último torpedo del tipo G de Schwieger, con muy poca carga de penetración, pese a explotar en la cámara nº 1 de calderas, difícilmente hubiera hundido al buque debido a sus 175 compartimentos estanco.

7º.- Como demostraron los buzos que inspeccionaron el pecio posteriormente, la explosión ocurrió de dentro hacia fuera y de una cantidad de explosivo suficiente no sólo para hundir al Lusitania, si no a cualquiera de los actuales y mastodónticos portaviones de la USA Navy. No hay buque que resista sin naufragar el desfonde de sus cuadernas del pantoque, en cualquier parte de dicho pantoque desde la proa a la popa.

Bibliografía:

El Hundimiento del Lusitania. Marcelo Carlos Ossó Director de la Revista Argentina Ciber-Náutica.

Muerte en el Mar. Capitán Eloy Sanpedro Castro. Articulo de la Revista de la Marina Española de 1.927.

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