LA LEYENDA NEGRA HISPANOAMERICANA. 1-
"Quien es dueño del presente, escribe el pasado. Y quien escribe el pasado, dominará el futuro. George Orwell
Adolf Hitler en su Mein Kampf:
"La América del Norte, cuya población está formada en su mayor parte por elementos germánicos que apenas sí llegaron a confundirse con las razas inferiores de color, exhibe una cultura y una humanidad muy diferente de las que exhiben la América Central y del Sur, pues allí los colonizadores, principalmente de origen hispano, mezclaron con mucha liberalidad su sangre con la de los aborígenes"
Cuando se aborda la historia de Hispanoamérica (sea de forma general, sea sobre un periodo, territorio o aspecto concreto), o, más reducido, cuando se trata la historia de España sin hacer referencia al Nuevo Mundo, tarde o temprano nos encontramos con el fenómeno que se ha dado en llamar "Leyenda Negra", como si se tratara de un fantasma cuya visión fuera inevitable. Y aparece tanto de forma inconsciente, reflejándose en el resultado final del trabajo (ya sea éste histórico, literario, periodístico, o de cualquier otro tipo) de los distintos autores algunas de las opiniones y explicaciones que de la historia hispanoamericana proporciona dicha leyenda, como conscientemente, cuando el autor en cuestión, mientras realiza su tarea, se enfrenta ante la reflexión de si lo que está haciendo se corresponde con la verdad o con el tópico, o incluso con la falsedad; pero unos tópicos y unas falsedades, unas deformaciones históricas en suma, tan persistentes y tan definidas que hasta gozan de nombre propio.
Y es que esa leyenda de la que hablamos no es simplemente una fábula caprichosa, ni algo que pertenezca al pasado y que hoy podamos tratar con el desapasionamiento que permite la lejanía en el tiempo. Lo que denominamos "Leyenda Negra" pretende ser una explicación supuestamente objetiva de la historia, y como tal es un elemento del pasado y también del presente, por cuanto es una especie de la memoria histórica que continúa hasta nuestros días, configurando para muchos la manera como entienden esa historia.
Siguiendo con esto, la Leyenda va más allá de la historia entendida simplemente como relato de lo sucedido en el pasado, puesto que, con la misma importancia que esto, también se compone de una interpretación de las causas y del significado de esos mismos sucesos.
Llega así a formar parte de lo que es una ideología en el sentido amplio del término, es decir, el conjunto de ideas que caracterizan el pensamiento de una persona, de un grupo, o de una época: en definitiva, lo que entendemos por una mentalidad. Incluso se puede afirmar, sin caer en la exageración, que por lo que tiene de ideológico, de interpretación de la historia conforme a unas ideas o doctrinas determinadas, forma parte de lo que en filosofía se denomina una cosmovisión: una manera de ver e interpretar el mundo en su conjunto; en este caso, una manera de ver e interpretar la historia del mundo, o de una parte de éste.
No debe extrañar que esto sea así. No es necesario hacer filosofía de la historia y decir, con Hegel, que las ideas son el motor de esa misma historia, del desarrollo de los acontecimientos humanos. Basta con percatarse, y esto nadie puede negarlo, que la Historia, así escrita, con mayúscula, la explicación e interpretación del pasado antes referida, es la base de las diferentes doctrinas sociopolíticas (incluso de las que niegan esto, pues ya con esa negación toman una postura frente a la misma historia).
Y es que dar una interpretación del pasado supone mostrar lo que es o ha sido bueno y lo que es o ha sido malo, lo justo y lo injusto, o lo que consideramos que lo es, así demostrado por el resultado de los acontecimientos pretéritos. En cierto modo, esto es afirmar que la historia es el "laboratorio de la moral", y es por ello por lo que se puede decir que la interpretación de la historia es el fundamento de la política, en el sentido más amplio y noble de la palabra: de la forma como organizamos las relaciones de la sociedad en el presente. Ahí es donde se encuentra la verdadera importancia de la Historia y la necesidad de su estudio y de su conocimiento.
1.- UNA DEFINICIÓN DE LA LEYENDA NEGRA, SUS OBJETIVOS Y SUS CARACTERÍSTICAS
Posiblemente, la mejor manera de definir algo comienza por buscar su significado en los diccionarios. Según el de la Real Academia Española, la palabra leyenda significa, en su 4ª acepción, "relación de sucesos que tienen más de tradicionales y maravillosos que de históricos y verdaderos". En este mismo diccionario encontramos que el adjetivo negra se refiere tanto a algo "oscuro y deslucido, o que ha perdido el color que le corresponde" (4ª acepción), es decir, que no es como debería ser en realidad, como a "la novela o el cine de tema criminal y terrorífico, que se desarrolla en ambientes sórdidos y violentos ("6ª acepción), es decir, una fantasía en torno al mal.
Por lo dicho, resulta evidente que el término de "Leyenda Negra" no ha sido acuñado por quienes sostienen esa determinada visión de la historia hispanoamericana, sino precisamente por quienes han reaccionado1 en contra de tales opiniones, al considerar que presentan como verdad lo que no lo es (es decir, leyenda), y considerar además que lo hacen intencionadamente de manera deformada y negativa (es decir, negra), para crear una opinión contraria. El mismo Diccionario de la Real Academia da una definición históricamente muy acertada, aunque algunos puedan estimarla incompleta, de la propia Leyenda Negra: "opinión antiespañola difundida a partir del siglo XVI y basada en la política de España en Italia, Alemania y los Países bajos, y en la conquista de América".
Más allá de la discusión sobre las palabras (que, en cualquier caso, siempre es importante), lo que pretende el párrafo anterior es adelantar que la Leyenda Negra no es realmente Historia, como quedará explicado más adelante, puesto que no se corresponde con la realidad de los hechos, sino que es una ficción. Pero no se trata simplemente de una ficción literaria, sin más pretensiones que las propias del género, sino que es una ficción, como se indicó en la introducción, al servicio de unos planteamientos ideológicos, doctrinales, o de unos intereses particulares.
Una vez definido lo que es la Leyenda Negra, surge la inevitable pregunta: ¿y esto, por qué? Pues por algo tan simple como es la pugna por la hegemonía, en la que la Leyenda no es sino un instrumento propagandístico de quienes disputan esa hegemonía a España, primera potencia mundial durante tres siglos.
En este sentido, los elementos esenciales para el nacimiento de la Leyenda no son más que la envidia y la competencia expansiva de sus rivales. Nada nuevo por otra parte en la Historia, sino una constante desde el principio de las relaciones entre civilizaciones y entre estados.
Pero no se trata sólo de una pugna política entre naciones fuertes, entre potencias, por la hegemonía mundial (España está presente a lo largo de ese periodo en todos los continentes y en todos los océanos), sino también de una pugna entre dos formas de concebir las relaciones entre los pueblos, el Imperio frente a la afirmación nacional , y de una pugna religiosa y cultural entre el catolicismo y el protestantismo .
Por eso la Leyenda Negra no se dirige únicamente contra España por su poderío como Estado, de cara a desacreditar a la nación española y disputarle esa hegemonía, sino también contra la Fe y la Iglesia católicas, que son quienes con sus principios morales y su labor eclesiástica, a la vez que impulsan la historia de España durante la mayor parte de su existencia, constituyen el eje de la cultura, en su más amplio significado, europea occidental desde el Bajo Imperio hasta la Reforma luterana, reforma que junto con la ruptura espiritual conlleva una ruptura cultural, la crisis de las mentalidades en Europa.
En ese sentido el objetivo de la Leyenda Negra es crear una opinión contraria a los principios religiosos, morales y culturales del catolicismo, y a las formas como esos principios se han materializado mediante un modelo social y de pensamiento que hunde sus raíces en el organicismo medieval, en la idea imperial, y en el predominio de la Fe, y del que la España de los siglos XV al XVIII se convierte en ejemplo casi paradigmático.
Crear una opinión contraria, obviamente, por quienes sostienen unas doctrinas opuestas o por quienes ven con resquemor el hecho de no haber sido los protagonistas de esos acontecimientos o de esa época, o, simplemente, el hecho de no haber gozado de una posición de predominio internacional para su propio beneficio e interés.
Así, la pervivencia y la constancia de la Leyenda Negra obedecen a la importancia del imperio español y al potencial del mundo hispánico como poder político, como baluarte de la religión y como modelo social y cultural, según unos parámetros abandonados primero y rechazados y combatidos posteriormente por la Modernidad.
En definitiva, se trata de una labor de propaganda, de desinformación, que a través de la presentación tendenciosa de los hechos bajo la apariencia de objetividad y de rigor histórico o científico, procura crear una opinión determinada. Por esto es por lo que se aparta de lo que podría aceptarse como una simple crítica, una denuncia de los errores e injusticias cometidos, aun cuando sólo se redujese a ello, o una visión distinta del pasado, fruto de las diferentes circunstancias en que uno se puede encontrar por pertenecer a distinta creencia, a distinto país, o a distinto tiempo; dando en cambio una imagen voluntariamente distorsionada del pasado para convertirla en una descalificación global de una acción histórica y de las ideas y valores que la impulsaron.
Este es, sin duda, uno de los rasgos más característicos de la Leyenda Negra: "que consiste en la descalificación global de un país (...) a largo de toda su historia, incluida la futura. En eso consiste la peculiaridad original de la Leyenda Negra Hispanoamericana.. Que la descalificación que se pueda encontrar de España se haga de forma global no significa que sea generalizada, que la haga todo el mundo y en todo momento.
Unas líneas más arriba se ha dicho que consiste en crear una opinión contraria por quienes sostienen unas doctrinas o intereses opuestos a ese supuesto "ideal histórico" que España representa en la época Moderna; pero sólo por ellos, es decir, por aquellas elites o grupos ideológicos o políticos enfrentados a ello, con la fuerza y los medios que la situación y los intereses en conflicto en cada momento se lo indiquen o se lo permitan. Leyenda Negra", según palabras de Julián Marías2, y se puede añadir que de unas ideas religiosas o de base religiosa, por no decir directamente de una religión y ser tachados por ello de exagerados. Precisamente, es una descalificación global en la medida en que responde no sólo a una envidia nacional o a un recelo del pasado, sino también en la medida que tiene ese componente doctrinal del que hemos hablado, que conlleva una visión o una interpretación, evidentemente generalizadora, del mundo. Pero no se puede caer en la simpleza de creer que se debe a una especie de conjura internacional contra España, mantenida de forma constante a lo largo de los últimos cinco siglos3
Hay otra particularidad de la Leyenda Negra: que no es meramente una acción externa a España o a Hispanoamérica, sino que se da dentro de nuestra propia sociedad, por parte de quienes son conciudadanos nuestros. Y esto está motivado por la misma causa ideológica que lo anterior: en la medida en que uno piensa de forma distinta, o incluso opuesta, a la que ha sido el motor de la historia hispanoamericana durante trescientos años, uno se aparta en mayor o menor medida de la identificación con su pasado nacional o colectivo, interpretándolo así de distinta forma, desde la frialdad de la indiferencia, que no por ello deja necesariamente de ser objetiva, hasta el rechazo y la aversión por esa historia, lo que lleva a muchos a caer en esa interpretación y manipulación negativa de su propio pasado. Sobre este punto se hablará más adelante.
2.- LOS CONTENIDOS ESENCIALES DE LA LEYENDA NEGRA.
Fuentes al final del artículo.