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Una vida apasionante (3)

en Textos educativos

1779

ENERO.

1:

Carlos María Bonaparte deja a sus hijos y al abate Varése en el Seminario de Autun, y sigue viaje hacia París.

Napoleón no habla una palabra de francés y es en Autun donde comienza su aprendizaje del idioma que, como se sabe, nunca llegó a dominar por completo. Desde Autun Napoleón irá a la Escuela Militar que se le señale. Primero se había pensado en la de Tirón pero, finalmente, se le destinó a la de Brienne.

Es en Autún donde Napoleón aprenderá el suficiente francés para poder estudiar en la Escuela Militar de Brienne, requisito sin el cual le hubiera sido imposible ingresar; en el seminario es el padre Chardón quien se encargará de enseñárselo, y el sacerdote dirá de él que comprendía y asimilaba rápidamente.

Sin embargo, como ya se ha dicho, Napoleón no dominará totalmente el idioma y confundirá durante toda su vida el significado de algunas palabras; así, dirá: "armisticio" por "amnistía": Islas Filípicas por Islas Filipinas; rentas de viajero por rentas vitalicias; punto fulminante por punto culminante; sección por sesión etc.

Sus escribas, de los que llegó a tener cuatro a los que dictaba al mismo tiempo sobre temas diferentes, debían poner sumo cuidado para sacar por el contexto el significado de algunas palabras.

MARZO.

18:

El rey de armas de la nobleza francesa, caballero Antonio María D'Hozier de Sérigny, extiende el certificado de nobleza de Carlos María de Bonaparte, nobleza probada más allá de doscientos años, sin el cual le hubiera sido imposible ingresar en la Escuela Militar de Brienne a su hijo Napoleón.

28:

Carta enviada a Carlos María Bonaparte por el ministro de la Guerra de Luis XVI, príncipe de Montbarrey:

 

"El intendente de Córcega, señor, ha debido haceros saber que el rey se ha servido conceder a Napoleone de Buonaparte, vuestro hijo, una plaza de alumno en sus escuelas militares. S.M. acaba de disponer que sea admitido en la de Brienne. Es necesario que le llevéis o hagáis que le lleven inmediatamente, a fin de que pueda iniciar en seguida los estudios en dicha escuela.

Debo advertiros además:

1º, que es indispensable que llegue provisto del equipo que se detalla en la adjunta memoria.

2º, que no padezca algún defecto de conformación o enfermedad incurable, por lo que el Superior tiene órdenes de hacerle reconocer a su llegada y de no recibirle si tiene mala salud o mala conformación;

3º, que sepa leer y escribir, debiendo sufrir un examen el día que se presente, no siendo admitido hasta el reemplazo del año próximo si no tiene suficientes instrucción sobre estos dos puntos.

En la memoria adjunta se detallaba:

"Tres pares de sábanas de tres pies de ancho por seis de largo. Un cubierto y un vaso de plata, marcados con las armas de la familia o por la letras iniciales de los apellidos de los alumnos. Doce toallas, un traje de paño azul, botones blancos con las armas de la Escuela, forros, cuello y bocamangas como los del traje. Dos calzones negros de

sarga de Roma. Doce camisas, doce pañuelos, doce cuellos blancos, seis gorros de algodón, dos albornoces, un saco de pólvora y una cinta para la coleta, todo nuevo."

ABRIL.

 

**:

Carlos María Bonaparte, con todo descaro, solicita por carta desde París al Obispo de Autun que haga llevar a su hijo a la Escuela Militar de Brienne. El descaro le sale bien, y el señor Obispo encarga al Sr. de Champeaux, cuyo hijo Juan Bautista también debe ingresar en dicha Escuela, recoger en el Seminario de Autun al pequeño Bonaparte. Los dos muchachos van a pasar unos días al castillo de Thoisy-le-Désert, propiedad del Señor de Champeaux. Pero la estancia se prolonga más de lo previsto debido a que el pequeño Juan Bautista de Champeaux cae enfermo y el joven Bonaparte permanecerá tres semanas en el castillo, hasta que el Sr. Obispo de Autun envía a su gran vicario a recogerlo.

MAYO.

15:

Hamey d'Auberive, gran vicario del obispo de Autun, Alejandro de Marbeuf, acompaña al pequeño corso a la Escuela Militar de Brienne. Napoleón recibirá en esta Escuela preparatoria la formación necesaria para ingresar más tarde en la Escuela Militar de París. Se le proporcionará gratuitamente instrucción, alojamiento, comida, libros, papel y para sus pequeños gastos particulares veinte céntimos al mes, hasta las doce años y cuarenta a partir de esa edad.

El encargado de recibirle es el superior de la Escuela, Padre Leleu.

A sus condiscípulos les llamará la atención el nombre, que el joven corso pronuncia "Napolione", y que ellos van a transformar, con la pérfida inconsciencia juvenil, en "La paille au nez": La paja en la nariz, apodo que usarán durante mucho tiempo, y que molestará profundamente al huraño y altivo niño corso.

Los alumnos se levantan a las seis de la mañana y se acuestan a las diez de la noche, dedicando mucho tiempo al estudio de las fortificaciones, a la esgrima e incluso a la danza. No faltan tampoco los ejercicios físicos que deben fortalecer los cuerpos en crecimiento de los estudiantes. Napoleón, dedicado en principio a la marina, tiene que dormir en un coy, para acostumbrar su cuerpoa las incomodidades de los navíos.

En esta escuela uno de sus pocos amigos será Bourrienne, amistad que perdurará hasta que éste se mezcle en turbios asuntos monetarios y se vea obligado a desterrarlo de Francia. Es a éste amigo al que dirá en cierta ocasión, harto ya de tanta burla por parte de aquellos condiscípulos de rimbombantes apellidos:

"¡ Haré todo el daño que pueda a tus franceses !"

Otro de los estudiantes de Brienne escribirá sobre él:

"Triste y huraño, siempre ensimismado, se hubiera dicho que acabando de salir de la selva en la que esquivó la mirada de los semejantes, experimentaba por primera vez un sentimiento de sorpresa y desconfianza".

 

JULIO

1:

La falta de recursos económicos por parte de la familia obliga a Napoleón a permanecer en la Escuela durante el periodo vacacional.

 

SEPTIEMBRE

**:

Luis XVI, siguiendo las corrientes reformistas de la época ha dispuesto:

"El rey, queriendo dar a los jóvenes de la nobleza las preciosas ventajas de la instrucción pública, desea mezclarles con los jóvenes de las otras clases, doblegar su carácter, ahogar el orgullo que tantas veces confunden con la elevación, y enseñarles a considerar desde un punto de vista más justo todos los órdenes de la sociedad."

El prefecto del colegio, padre Berton, pone a disposición de Bonaparte un trocito de tierra del patio del colegio, una especie de jardinillo que el joven corso se dedica a cuidar con esmero durante sus ratos de ocio. Allí se aislará de las burlas de sus compañeros, leyendo ávidamente cuanto libro cae en sus manos. Todos los de la biblioteca de Brienne habrán pasado por sus manos, antes de abandonar la escuela preparatoria.

 

 

DICIEMBRE

14:

Por primera vez en su vida y con gran asombro por su parte encontró en un jarro agua helada y se puso a gritar. Le respondió un coro de carcajadas de sus compañeros y tiene que intervenir el profesor:

"¿ Por qué se ríen ustedes de este señor ? ¡Ha nacido en un país en donde no hay hielo, y jamás lo ha visto!. "

17:

Napoleón comete una falta, no se sabe cual, y el cabo de cuartel le castiga con uno de los castigos vigentes: Vestir un hábito de estameña y comer de rodillas a la puerta del refectorio. Napoleón se pone palidísimo, con los ojos fijos y desmesuradamente abiertos, pero no obedece. El cabo ordena:

 

"¡ De rodillas, señor !."

El pequeño corso tiene un ataque de nervios, vomita y grita:

""Comeré de pie, señor, y no de rodillas. ¡En mi familia sólo nos arrodillamos ante Dios ! ".

 

El cabo de cuartel quiere obligarle a la fuerza a cumplir el castigo y el pequeño corso, revolcándose por el suelo grita sollozando:

"¡ Sólo nos arrodillamos ante Dios, señor ! ¡ Sólo ante Dios !."

Tiene que intervenir el superior de la escuela para liberar al joven de aquel tormento.

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