LOS CORTOS DE CARLETTO : ANTICONCEPTIVOS VATICANOS
Claudia está desesperada. Quedan poquísimos días para cumplir la cuarentena. Sabe que a partir de entonces no podrá sujetar a su marido, a su Alberto, que está como un burro, como un toro, esperando para poder disfrutar del débito conyugal. Y ella, con tres mocosos agarrados a sus faldas y un bebé colgando de la teta, no quiere volver a quedarse preñada.
Con solo veintisiete años y ya cargada de niños. Y Claudia es de las que se quedan embarazadas simplemente de ver los calzoncillos del marido colgando del mozo perchero.
¡ No, no, no, y mil veces no!.- piensa con rabia contenida ¡tiene que haber una solución que no sea la del Sistema Ogino!.
Porque Claudia está escarmentada con el tal Ogino. A sus cuatro hijos los ha ido teniendo, uno detrás de otro, utilizando el sistema de controlar los días fértiles y los no fértiles. Una de dos : o ella es SIEMPRE fértil, o el Sistema ( tan aconsejado por la Iglesia ), es una pura patraña.
Su marido, al que ya le da igual todo, no quiere sujetarse a los días que ella marca en el calendario, pues con toda la razón sabe que , se ajuste o no se ajuste , ella queda indefectiblemente- con el bombo puesto.
La mujer sabe ( por sus amigas ) que hay otros "sistemas" muchísimo más fiables que el Ogino. Pero ella, beata hasta la médula, no quiere oir hablar de nada que no esté aprobado por la Santa Madre Iglesia.
Un día, en las noticias, oye un comunicado que parece acaba de hacer la Conferencia Episcopal. Se intuye una cierta apertura sobre el uso de los preservativos.
¡¡ Podemos utilizar los condones!! chilla de alegría la pobre Claudia, pensando en que su vida sexual , y la fidelidad de su marido, están solucionadas. Parece que en principio la permisividad está sujeta a la contención del Sida ; pero ella sabe ( lo desea con toda su alma ) que eso es solo el principio, el resquicio por el que el Vaticano irá entrando en razón, hasta aceptar el uso de los preservativos.
Corre hacia la Iglesia como una loca. Quiere que su confesor se lo confirme. Que le quite de encima la pena de muerte de seguir teniendo hijos ( no deseados ) sin parar
Dime , hija mía.
Padre, por el amor de Dios ¡¡ dígame que es verdad!!.
¿El qué, hija mía?.
Lo de que ( le cuenta la noticia, con voz entrecortada ).
¡ Ejem, ejem.!- tose - ¿ Eso han dicho los Obispos?.
¡Sí, sí!.( llora emocionada ). ¡¡ Al fín podré hacer el amor, sin el miedo cerval que me atenaza cada vez, sin el gélido pánico que me reseca y me vuelve frígida!!.
Bueno, bueno, hija mía. Tranquilízate. Yo consultaré a las instancias superiores lo que me estás contando ( y de lo cual no tenía noticia ). Mañana vuelve por aquí, y te tendré preparada una contestación a tu consulta y, en todo caso, una solución a tu problema.
Gracias, gracias, gracias.
***
Al día siguiente , Claudia camina rápidamente hacia la Iglesia. Al pasar por el escaparate de una tienda de electrodomésticos, mira de refilón una TV encendida. En la pantalla está el mismo sacerdote que dio la rueda de prensa el día anterior. No oye lo que dice, aunque imagina que está ampliando información sobre lo dicho el día de antes. ¡ La Iglesia, por fín, ha entrado en razón!. ¡ Ya no será pecado usar los condones!.
Ave María Purísima.
Sin pecado concebida, hija mía.
Padre, no me haga sufrir, dígame lo que le contestado a su consulta.
Pues tal como yo me imaginaba ( se vuelve hacia el otro lado para que no le vea la risita irónica ) utilizar el condón sigue siendo pecado.
¡No, no, por Dios, no me diga eso, que me mata!. Entonces ¿ lo que dijeron ayer?.
Un error de interpretación de los medios de comunicación. Todo sigue exactamente igual.
¡¡Hu, hú, hú!!. llora desesperada la pobre beata.
Pero tengo solución para tu problema.
¿ De verdad ( snif )?- pregunta esperanzada la meapilas.
Sí, sí. Me han enviado directamente desde el Vaticano- un anticonceptivo permitido por la Santa Sede. Toma esta cajita.
¡¡ Traiga, traiga!! dice Claudia con los ojos, el corazón y el chumino hechos agua .¡ Esto es un milagro!.
Dios aprieta , pero no ahoga, hija mía.
Pero ( repentinamente seria ) esto ¿ no son aspirinas?.
Llámalos como quieras. Pero son los anticonceptivos que de toda la vida- ha permitido la Iglesia.
Y ¿ cuando los debo de tomar?. ¿ Antes de ? ¿ Durante?. ¿Después de ?.
No, hija mía : en LUGAR de
Carletto