MISTERIOSO ASESINATO EN CHUECA ( IV )
Tienes la verga del Comisario Sánchez apoyada en tu hombro. Estás sentada en su despacho, mirando las fotos del cadáver. Intentas hurtar el contacto de tu piel desnuda de la dureza caliente que traspasa la liviana tela de su pantalón. Agachas la cabeza, hundes los hombros Su cuerpo te sigue, se inclina más y más junto a ti, tras de ti, encima de ti. Sientes la longitud, íntegra, de su falo erecto. Bajo la blusa sin mangas, tu pecho está agitado. Sube y baja respirando afanosamente. Igual que él. Miras la superficie vitrificada de la mesa y encuentras sus ojos verdes, brillantes como esmeraldas en un rostro de cabeza totalmente afeitada. Las cejas, negrísimas, se arquean interrogantes. No eres capaz de mirar, sin emocionarte, el cuerpo desnudo, despatarrado de una forma obscena, que te muestran las fotografías. Por lo que puedes observar , la operación de cambio de sexo fue perfecta. La enorme verga que te poseyó, que te penetró hasta lo más íntimo, ya no está. Nadie podría decir que , bajo aquel pubis, hubo alguna vez algo más que esos labios vaginales perfectísimos, moldeados por el cirujano de una forma impecable.
El recuerdo del sexo enhiesto de Soraya, tomándote en aquella tarde lejana, ha producido un cambio en ti. Ahora te notas más receptiva al acoso de tu jefe. ¿Quizá despertó en ti el ansia por una verga ajena a la marital? .Tus pensamientos galopan locamente. Se mezclan los recuerdos reales con las fantasías que te acometen noche tras noche. Y el calor de la verga, de los testículos, de los muslos del Comisario Su olor profundo. No apartas el brazo. El sigue con la fricción, haciéndote notar hasta las protuberancias de su falo. Resuella contra tu oreja. Olor a tabaco, coñac y chicle de menta. Y tus muslos , cruzados, latiéndote con frenesí. El recuerdo de Soraya, viva, penetrándote, amándote.. Miras las fotos una vez más. El detalle de las muñecas atadas con un cordón basto, los tobillos igual. La maravillosa perfección de los senos, el pubis casi rasurado, la vagina de labios abultados
Tu jefe desliza una mano por tu escote. Agarra un seno, lo sospesa , pasa al otro. Te erizas como un gato. Una corriente eléctrica atraviesa tu cuerpo de arriba abajo. Su manaza hierve contra tu seno gélido. Levantas el rostro con los ojos cerrados. Sucumbes. Muerde tus labios con hambre canina. Sin despegaros del beso te levantas de la silla, te aplastas contra él. Sigue frotándose contra ti, ahora contra tu vientre. Sujeta tus nalgas y te incrusta sus caderas haciéndote sentir su enorme virilidad. Palpas entre sus piernas, atenazando sobre la ropa su miembro enardecido. Desabrochas con torpeza los botones de la bragueta. Sumerges tu mano entre sus ropas, tocando a tientas, ciegamente, el elástico de su slip. Ahueca el vientre para que metas los dedos entre la piel y el tejido. Con un ligero movimiento bajas el calzoncillo para agarrar a mano plena la verga que te enloquece. Apenas la sujetas, apenas te posesionas de ella, da unos cuantos latidos, unos últimos estertores y te llena la mano de hirviente semen. Abres la boca y los ojos. El te está mirando con sus ojos verdes avergonzado.
***
La finca está revolucionada. La conmoción por la muerte de Soraya ha dado paso al estupor. ¡ No puede ser !. Soraya. Pobre Soraya. ¡ La más simpática, la mejor vecina !.
Oficialmente es el Comisario Sánchez el encargado del caso. Tú, como todos los vecinos de tu finca, eres teóricamente una sospechosa, por lo que no puedes figurar como miembro activo de la investigación. Sin embargo, eso lo sabes, ahora tienes un cierto poder sobre tu Jefe ( todavía se avergüenza ante ti de la "eyaculatio precox" con la que te embadurnó en su despacho ), y te tendrá informada ( extraoficialmente ) de todas sus pesquisas.
En espera del dictamen de la autopsia, el Comisario dispone de una serie de posibles "pruebas" recogidas en el lugar del crimen. También, de momento, se tiene el testimonio de los últimos vecinos que vieron a Soraya con vida : Dorotea y su hijo Juanito.
La declaración del "niño" , no sería muy de fiar a no ser porque su madre avala lo dicho por el pobre retrasado :
" Como mi niño no se aclara mucho con el tema de las horas, despertó de madrugada y se fijó en que el reloj marcaba las tres menos un minuto a.m.. Creyendo que esa hora correspondía a las tres p.m. , se asomó por la rendija de la puerta esperando ver a la Señora Iza ( a la que Dios conceda todos sus dones , por lo requetebuenísima que es con mi niño ). Naturalmente , a esas horas, no apareció . Esperó un poco más y, entonces, pasó por el descansillo la Señorita Soraya, bastante alterada por cierto, que bajaba andando por las escaleras, ya que sigue sin funcionar el ascensor. En ese momento yo me había acercado a la puerta, para indicarle a Juanito que se marchase a la cama, y la vi también. Iba llorando, muy agarrada de un chico pelirrojo ".
Según las declaraciones que tiene grabadas , el Comisario Sánchez cree que , por lo menos uno de los inquilinos, tiene coartada segura : el Señor Roger, de la puerta 4, ya no estaba a aquellas horas en el edificio, puesto que como siempre- aquel día utilizó su "picadero" hasta las 2 de la madrugada, marchándose posteriormente a su casa ( tiene varios testigos que lo avalan ). El crimen, por lógica, debió cometerse como mínimo- a partir de las tres de la madrugada, hora en la que fue vista la víctima con vida- por Juanito y su madre.
Detectas un cierto alivio en el gesto de tu Jefe al llegar a esta conclusión. ¿Tendrá algún interés particular en dejar a este vecino fuera de toda sospecha ?.
***
Sentada el despacho de tu casa, revisas las copias de las declaraciones, la enumeración de los indicios encontrados en el lugar del crimen, tus propias anotaciones
El portal del edificio se cierra a cal y canto , cada noche, a las 12 en punto, y no se abre hasta las ocho de la mañana. Durante este tiempo, cada inquilino debe usar su propia llave para poder entrar. El crimen, según la primera apreciación al observar el forense el cadáver ( cosa que realizó a las cinco de la tarde ) , se cometió según lo avanzado del rigor mortis- en una franja horaria que abarca unas seis horas, esto es , desde la una a las seis de la madrugada ( o de las tres a las seis, en caso de que sea verdad lo declarado por Juanito y su madre ). En principio, los primeros sospechosos son los propios inquilinos.
SOSPECHOSOS :
1º.- Nieves ( portera ).
2º.- Dorotea y su hijo Juanito ( piso núm.1)
3º.- Pepe y tú ( Piso núm. 2) ( por razones obvias, quedáis eliminados )
4º.- Rosario ( Piso núm.3 )
5º.- Roger ( Piso núm. 4 )( eliminado , de momento, por tener coartada )
6º.- Angela ( Piso núm. 5 ).
7º.- ¿Quién era el hombre pelirrojo que acompañaba a Soraya a las 3 de la madrugada?.
PRUEBAS EN EL LUGAR DEL CRIMEN
1º.- Cuerda con la que estaba atada.
2º.- Una botellita de espray sin etiquetar ( colocado sobre la mesita de noche ).
3º.- Un lápiz de dibujo (bajo la cama ).
4º.- Un pañuelo de seda violeta ( en la boca de la víctima ).
5º.- Pelos de perro entre las sábanas ( raza por determinar ).
6º.- Un sobre con fotos ( dentro del cajón de la mesita de noche ).
7º.- Un dildo de látex de 25 cms. ( introducido en su ano ) marcado con la letra "P".
El forense no se ha querido mojar mucho, y solo ha querido adelantar- además de su hipótesis sobre la hora de la muerte que el cuerpo presenta , tanto en los conductos vaginal y anal como en una gran extensión de la piel, la presencia de semen. Además, en la espalda y nalgas se observan huellas de arañazos o de zarpazos.
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En la terraza de la finca pega un sol de justicia. En un rincón alguien ha colocado un tendedero, donde unas prendas están ya más secas que bacalaos. Por si tuvieses alguna duda, el pijama infantil tamaño adulto que se orea al aire caliginoso, te la despeja totalmente. Cortas un trocito de cuerda y lo guardas en tu bolso. Te sabría muy mal haber acertado con tu intuición.
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Rosario está asustada. Se lo notas en cuanto abre la puerta. Benedictus tampoco está muy bien. La cosa está tensa entre ellos, eso se palpa en el ambiente. La mujer comprende que no puede dejarte en la puerta y te hace un gesto para que pases. Cierras con cuidado, temiendo hacer algún ruido que desencadene la tormenta. Rosario avanza ante ti, dirigiéndose al salón. Lleva un vestido muy ligero, muy de ir por casa, con un gran escote por la parte de atrás. La espalda y parte de los hombros están al descubierto, dejando ver las señales antiguas y recientes de unas zarpas de animal. Imaginas que son debidas a los encuentros sexuales con su enamorado, y tal como sospechabas- son idénticas a las que llevaba Soraya en su cuerpo.
Carletto.