DESCUBRIENDO A PAPÁ
El autobús de línea entró en la plaza del pueblo y David miró expectante a los viajeros que comenzaron a bajar cansinamente. Casi los últimos, bajaron dos marineros y el chaval se acercó a ellos. Uno era su futuro cuñado Pepe. Del otro no sabía el nombre pues era compañero de Pepe en la mili y lo veía por primera vez. Muy formal, el chico intentó dar la mano a su cuñado, pero éste, riéndose lo abrazó mientras le apretaba cariñosamente una nalga.
¡ Joder, David, como te has puesto de prieto ¡. ¡ Seguro que las chavalas no te dejar vivir ¡ .
El chaval, un poco tímido, se sonrojó, aunque tomó buena nota del paquete de su cuñado que se apretó contra su muslo. Al mirar a la cara al otro marinero, David se quedó boquiabierto pues el chico, aunque muy guapo, no tenía cejas ni pestañas, ni el más mínimo asomo de barba. ( más tarde supo que sufría de una enfermedad llamada alopecia y que no tenía ni un solo pelo en todo el cuerpo ). Pero la falta de pelo la suplía con creces con una musculatura espectacular, que forzaba las costuras de su uniforme hasta parecer que iba a reventar de un momento a otro. Además , en el muslo derecho se le marcaba un cipote de tal tamaño que lo ceñido del uniforme revelaba hasta las protuberantes venas que lo cruzaban.
Tras presentarlos su cuñado, David supo que el tio bueno se llamaba Olegario y que se iba a quedar solamente aquella noche. Comenzaron a andar hacia la casa de David, que estaba bastante cerca. El chaval se retrasó unos pasos para mirarles las nalgas a ambos, pues si Olegario las tenía para comérselas, Pepe no le iba a la zaga. David se acordó de las nalgas del albañil al que había enculado en el maizal ( leer : EL CHICO DEL MAIZ ), y tuvo una erección que abultó su pantalón corto.
Durante la cena, la madre de David les dijo que su padre y su hermana llegarían el domingo a primera hora. Su hermana de un viaje de fin de curso y su padre desde Alemania, donde pasaba todo el año trabajando de mecánico especializado. Con su buenísimo sueldo podían permitirse que David estudiase en un internado de curas y que la familia disfrutase de una holgura económica más que notable.
Después de cenar, los marineros salieron a tomar una copa y David se dirigió a su habitación. Pero su madre le indicó que aquella noche él dormiría en el dormitorio de sus padres. Obediente, David se duchó para refrescarse y se puso su pijama de pantalón corto. Como hacía calor se quedó patiabierto sobre la colcha, mirándose en el gran espejo del armario ropero que había ante la cama. Su cuerpo le gustaba cada día más : los músculos redondeaban sus pectorales y sus largas piernas cubiertas de vello aclarado por el sol eran motivo de furtivas miradas de personas de ambos sexos. Pensó en hacerse una paja; pero decidió no hacerlo por si tenía ocasión de disfrutarla con otra persona.
Se quedó dormido hasta que unos ruidos apagados lo despertaron. Aguzó el oido y sintió abrirse la puerta del dormitorio : eran Pepe y Olegario, algo bebidos y riéndose por lo bajo. David se hizo el dormido mirado entre las pestañas a los dos marineros que se desnudaban a ambos lados de la cama. Su corazón y su polla latieron con fuerza : ¡ Se iban a acostar con él!.
Su cuñado se despojó rápidamente de la ropa quedándose en pelotas. Se rascó la raja del culo y se metió en el cuarto de baño. Mientras, Olegario, con más parsimonia, fue desnudándose lentamente, como si hiciese un strip-tease. David sospechó que el marinero sabía que él lo estaba mirando. El chaval quedó alucinado cuando cayó el calzoncillo : una enorme polla se bamboleaba entre los muslos sin un solo pelo por ningún lado. Pasó el otro también al cuarto de baño y salió Pepe entre risas tapándose el nabo. David notó el peso de su cuñado junto a él en la cama. Olía a alcohol y su mano se posó tranquilamente sobre el paquete del adolescente. David fingió seguir dormido. Ahora otro cuerpo se acostó al otro lado y unos labios mojaron su tetilla izquierda sorbiendo suavemente.
Sin poder resistir más, David abrió los ojos y cogiendo con ambas manos las pollas de los marinos comenzó a apretarlas para notar su dureza. En un momento le habían despojado de su pijama y los labios de su cuñado atraparon su rabo comenzando a mamárselo. El chico, atraido por la limpieza y magnitud de la polla del pelón, venció su primera repugnancia y se amorró al erecto pilón. Y así estuvieron toda la noche : David folló a su cuñado que gimió como una perra; pero después lo clavó a él el calvo, tras huntarlo profusamente con una crema que llevaban los marinos y dilatarle sabiamente el ano con la introducción experta de varios dedos. Y terminaron con su cuñado enculándolo a él mientras el adolescente se la metía hasta las pelotas a Olegario. Después se durmieron sin sacarla.
La luz del día y un ruidito despertaron a David. Abrió los ojos y en el reflejo del espejo vió a su padre que miraba con ojos muy abiertos la escena : su futuro yerno con la polla metida entre las nalgas de su hijo y a éste enculando al mastodonte pelado. El semen reseco los cubría a los tres.
David no sabía lo que pensaba hacer su padre. De momento, una vez desayunaron todos, Olegario se despidió siguiendo su viaje, y el resto de la familia preparó los trastos para disfrutar de un día de playa.
Benidorm en aquellos tiempos era más tranquilo que ahora : algunos hoteles y una hermosa playa visitada por familias como la de David, con su sombrilla, sus sillitas y su tortilla de patatas.
David se había alegrado mucho de ver a su padre, pues no lo veía desde el año anterior. El chico notaba como su padre lo miraba de una forma extraña y él, pensando en lo que habría visto por la mañana, se avergonzaba.
En la sombrilla de junto a ellos, otra familia pasaba el domingo plácidamente. Dos chicos gemelos de la edad de David ( unos quince años ) jugaban a tirarse la pelota. David se puso a jugar con ellos hasta que, acalorados, corrieron los tres hacia el agua. Los gemelos estaban bastante buenos y, aunque a David le gustaban mayores que él, le daba morbo el verlo tan igualitos. Durante uno de sus buceos , el chaval observó que los gemelos se habían quedado quietos y , bajo el agua, vió como se la cascaban. Asomó David la cabeza por encima del agua y se rió al ver lo que había calentado a los chiquitos : una pareja se estaba magreando dentro del agua, a unos pasos de ellos. Y esa pareja eran su hermana y su cuñado. El marinero, que debía tener el culo escocido de la noche anterior, se había bajado un poco el bañador y estaba penetrando a su novia que flotaba enlazando sus muslos en la cintura de su macho. Aprovechaban las olas para subir y bajar en una fantástica clavada, a la par que Pepe le mordía los pezones pues le había sacado las tetas por el escote del bañador.
David aprovechó el calentón de los gemelos para acercarse junto a ellos y , agarrándoles los cipotes, les hizo una fenomenal paja doble. Se corrieron los chiquillos entre grandes espasmos y luego salieron los tres a tumbarse al sol.
El chaval , acostado a los pies de su padre, observó sus musculosas y blancas piernas de exfutbolista. A sus cuarenta y pocos años su padre se conservaba envidiablemente bien. Unas poderosas espaldas y bíceps muy desarrollados debidos a su trabajo de mecánico, más algún deporte que debía practicar en Alemania hacian de su cuerpo un bocado apetitoso para David que, como buen entendido, sabía apreciar. En aquel momento se acercó la madre de David para pedirle dinero para bebidas. El padre , bromeando, se puso en cuclillas y sacó la cartera de debajo de la toalla. Al entregarle un billete a su madre, David observó que a su padre le había caido una foto de la cartera. La recogió y la miró con detenimiento :pertenecía a un jovencito de una edad aproximada a David, muy rubio de pelo y piel y rasgos exóticos. Cuando David se la entregó a su padre, éste quedó serio durante unos momentos. Luego, como si despertase de un sueño, miró a su hijo de arriba abajo y, metiéndose un testículo que se le había salido del bañador, le dijo a David que si le apetecía montar en barca.
A los poco minutos estaban los dos en una barquichuela de remos, lo bastante alejados de la playa para no ser molestados. Su padre le contó que el muchacho de la foto era Hans, un chaval alemán por parte de padre y argelino por parte de madre. Que era hijo de un compañero de trabajo y que eran sus amantes los dos.
David quedó K.O. con el descubrimiento. Su padre le siguió contando que, debido a la enfermedad de su madre, no podía tener relaciones sexuales con ella, por lo que habían llegado al común acuerdo de que él podría desahogarse siempre y cuando fuese con otros hombres. Cosa que él hacía habitualmente en Alemania con el padre y con el hijo.Aunque ninguno de los dos sabía de su relación con el otro.
Luego le habló de la excitación que había sentido aquella mañana al verlo a él empotrado entre los dos marinos. Que al principio no lo había reconocido porque estaba muy cambiado. También le dijo que el año anterior él también había catado el culo de Pepe y que ahora daría media vida por follarse a alguien.
David, que se había ido calentando al oir a su padre, puso una mano sobre su muslo, y la fue recorriendo hasta el borde del bañador, donde se encontró la polla paterna en pié de guerra. Se levantó haciendo equilibrios sobre la barca y se quitó su slip de baño, mostrando a su padre su juvenil envergadura. Acercó el padre amorosamente los labios y atrapó el filial capullo, tragándolo hasta la empuñadura. Mientras, se había sacado su ariete de carne y lo agitaba con una mano mientras con la otra sujetaba a David por una nalga. El chico notó como le chorreaban los jugos de su ano, mezclados con el semen de los marineros y con la crema suavizante que le habían puesto antes y después de la cópula anal. Ayudó a bajarse el bañador a su padre y se sentó sobre sus rodillas abrazado a su cuello. La polla del adolescente se frotaba contra los pezones de su padre. Elevó un poco las nalgas y , guiado por su padre, fue bajando lentamente hasta que sintió la punta del glande paterno a la entrada de su cremoso agujero. De repente, en un brusco movimiento que hizo el oleaje, David quedó sentado sobre la pelvis del que en aquel momento era su amante. Entró con un chapoteo todo el miembro en el recto adolescente. Apoyando los pies en el asiento de la barca, el chaval se impulsó para subir y bajar deslizando su anillo anal a todo lo largo de la verga paterna. Y así estuvieron interminables minutos, mirándose a los ojos y gimiendo suavemente hasta que con un último empujón, el padre anegó los intestinos de su hijo con tal cantidad de copioso semen que por las velludas pantorrillas rubias del adolescente bajaban rios de esperma. Y David contestó eyaculando sobre el pecho y el rostro de su padre, dejándole los labios pringados con su leche.
Aquella noche, en la cama matrimonial, follaron hasta el amanecer con Pepe. David tuvo ocasión de penetrar a su padre que lo recibió sin reparos. Ya de madrugada , el adolescente aflojó el esfínter todo lo que pudo para recibir las pollas de sus dos machos que a la vez lo encularon hasta derramar las últimas gotas de esperma.